Coatlicue, es considerada la patrona de la vida y de la muerte, guía del renacimiento y madre de los Centzon Huitznáhuac y Huitzilopochtli, dios de la guerra. Ella representa tanto el nacimiento como la muerte y, al igual que otros dioses principales, en su calidad de madre de los dioses, varios atributos divinos en una sola concepción.

Al igual que en el monolito-escultura que se encuentra en el Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México, cuando la empecé a diseñar quería  cubrir el rostro de la mujer con las dos serpientes frente a ella: dos serpientes de perfil que a su vez forman una tercera que nos está observando de frente, símbolo de la dualidad que al crearse dio inicio a todo el universo.